La Cirugía Pediátrica es la especialidad que se ocupa de aplicar los procedimientos diagnósticos, terapéuticos, quirúrgicos y preventivos necesarios para el tratamiento médico-quirúrgico de la infancia, desde la concepción hasta el fin de la adolescencia.
Su campo de acción abarca los aspectos de la cirugía de malformaciones congénitas, cirugía general abdominal, cirugía de cabeza y cuello, cirugía urológica, cirugía torácica, tumores, etc.
Consejo Prenatal de Malformaciones Congénitas
Hernias: Inguinal, epigástrica, umbilical, hidrocele.
Frenillo labial, lingual
Fimosis
Quistes y fístulas cervicales
Quiste del conducto tirogloso
Criptorquidia.
Colocación de prótesis testicular
Sinequia / Fusión de labios menores
Linfangiomas (Cuello, pared torácica, etc.)
Dolor Abdominal Recidivante
Cirugía minimamente invasiva
Apendicectomía, colecistectomía, esplenectomía,
quistes de ovario, quistes intrabdominales,
Cirugía antirreflujo, quistes de uraco, varicocele,
Testes no palpables.
Cirugía vascular
Colocación de catéter central con Reservorio
Anomalías vasculares:
Malformaciones Vasculares)
Varicocele
Orejas “en soplillo”
Extirpación de nevus congénitos
Cicatrices retráctiles
Dedo en resorte.
Extirpación de nevus y pilomatrixomas
Malformaciones congénitas de la mano
Labio leporino y Fisura palatina
Cirugía torácica
Deformidades del tórax:
Pectus carintum
Dismorfia costal
Ginecomastia del adolescente
Tumores benignos de pared
Arturo Galbarriatu Gutierrez
Cirugia Pediátrica
Eduardo Ruiz Aja
Cirugia Pediátrica
La hernia inguinal se produce por la persistencia de una comunicación entre la cavidad abdominal y el escroto, que permite la salida del contenido abdominal por un saco herniario hacia la ingle y escroto. Al principio se puede notar como un abultamiento en la zona inguinal, que se puede reducir solo o no.
Debe intervenirse cuanto antes porque el riesgo que tiene es que una vez sobresale de la hernia a veces no se puede reducir y provoca un estrangulamiento del contenido, lo que precisa actuar con urgencia, para intentar su reducción o para intervenirla.
Se produce cuando persiste la comunicación entre la cavidad abdominal y el escroto, que permite la salida de líquido hacia escroto, apreciando una variación de su tamaño a lo largo del día. Cuando el niño se levanta tiene el testículo normal y a lo largo del día va aumentando.
La intervención sobre el hidrocele debe realizarse tan pronto como se ha diagnosticado y no debe demorarse.
En general, la fimosis se considera fisiológica hasta más o menos los 3 años de edad, recomendándose la intervención quirúrgica a partir de esa edad. Sólo se operan antes algunos niños que sufren infecciones balánicas de repetición o que tienen dificultades para la micción. Hay médicos partidarios de intentar inicialmente tratamientos tópicos con pomadas de betametasona, que pueden conseguir hacer desaparecer la necesidad de una intervención en algunos pacientes.
La Criptorquidia es una patología frecuente en la edad pediátrica. Puede deberse a múltiples causas, se caracteriza por el hecho de que uno o los dos testículos no descienden hasta el escroto, lo que en general ocurre en torno a los nueve meses de vida. Este trastorno es especialmente frecuente en los niños prematuros.
También cabe la posibilidad de que se haya producido un problema de desarrollo durante el embarazo y los testículos no se hayan llegado a formar.
Sin embargo, lo más frecuente es que el testículo no haya descendido hasta el escroto. Y cuando esto ocurre se considera que es anómalo. De hecho, la criptorquidia esta considerada como un factor de riesgo frente al cáncer de testículos y los varones que han sufrido este problema deben someterse a un seguimiento rutinario con el objetivo de detectarlo lo más precozmente posible en el caso de que se produzca.
En general, el diagnóstico de la criptorquidia se realiza por palpación, para constatar que la bolsa escrotal está vacía, aunque en ocasiones puede ser necesario realizar una ecografía para confirmarlo
En el caso de que ambos testículos no hayan descendido antes del primer año de vida, cabe la posibilidad de realizar un tratamiento hormonal con inyecciones de testosterona, si bien lo más habitual es recurrir a la cirugía, mediante un procedimiento denominado orquiopexia, con el fin de llevar el testículo no descendido hasta el escroto.
Es el paso anómalo de la orina desde la vejiga al uréter y riñón. Según pase hasta el uréter o llegue al riñón, nos indica su severidad. Este paso puede provocar infección de la orina y, por tanto, llegar a dañar el riñón.
Se deben realizar los estudios oportunos para diagnosticar el grado y daño renal. Han cambiado mucho los tratamientos aplicados para corregir un reflujo vesicorenal, pero como pauta general se inicia un tratamiento médico en aquellos que sea necesario y, cuando la evolución no sea buena, tratamiento quirúrgico.
El Hipospádias es un cambio en la situación del meato uretral, es decir del orificio de salida de la orina y en lugar de estar situado en la punta del glande, lo podemos encontrar en cualquier punto de la cara posterior del pene (desde la parte inferior del glande hasta el escroto e incluso en el periné).
Este defecto viene siempre acompañado por una mala colocación del prepucio que está todo él en la cara dorsal del pene, como si fuera un capuchón, en lugar de estar rodeando todo el glande. Todo esto puede ir acompañado con una forma curva anómala del pene.
El tratamiento es siempre quirúrgico y se intentará realizarlo antes de los 2 años. En todos los casos, la finalidad del tratamiento es la recolocación del orificio o meato en la punta del glande, la eliminación de la incurvación y la corrección estética del prepucio.
El dedo en gatillo es una condición en donde uno de los dedos o el pulgar se queda atascado en flexión y el dedo no se puede estirar. Luego de realizar un esfuerzo este se puede extender o estirar, liberandose bruscamente, como si fuera un gatillo de arma. Si el dedo en gatillo es severo y de larga evolución el dedo puede quedar en flexión permanentemente. La cirugía consta de liberar la dificultad del movimiento del dedo, seccionando una de las poleas que esta estrangulando el tendón, con lo que se logra que este se mueva más libremente.
En los niños adolescentes puede crecer la glándula mamaria, lo cual se llama ginecomastia. Esto puede ser transitorio y respuesta a los cambios hormonales propios de la edad, pero en ocasiones es permanente y pasa a ser algo muy molesto para el paciente. En estos casos es recomendable la cirugía, que consta de la resección de la glandula y plastía del lecho, con el objetivo de dejar un tórax simétrico y adecuado.